Costa Rica
La ventaja que ofrece Costa Rica es que las distancias que separan a la capital San José, de las principales playas y cordones costeros, no significan grave problema ni obligan a costosos desplazamientos, lo que se une a la increíble realidad turística de que una persona que viaje en automóvil al ritmo de 80 kilómetros por hora, puede pefectamente consumirse en las aguas del Océano Atlántico a las 8 de la mañana, emprender viaje a las 10, y estar buceando en las aguas del Pacífico a las 5 de la tarde, todavía con el sol de sobra para broncearse un poco más.
Uno de estos lugares increibles se llama Cuajiniquil, al fondo de la bahía en que el oleaje apenas se percibe y las aguas más parecen la superficie de un estanque azul que mar abierto.
Cuajiniquil tiene la particularidad de abrir su extensa playa, de arena blanca y suave inclinación, en una punta arenosa detrás de la cual corre un río, se abren dos esteros y existen varios riachuelos que le dan al contorno la apariencia de una isla.
Los pescadores artesanales que viven en la zona, se especializan en surtir a los viajeros de gustos gastronómicos refinados, con deliciosas comidas marinas como pulpo, peces cocinados a la parrilla, cócteles de la carne deliciosa del caracol cambute y almeja reina y mixturas a base de percebes, ostiones y pianguas.